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Yoko Kaneko, EFE
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TOKIO.- El amor de los japoneses por los animales ha llevado a Tokio el último grito en cafeterías, establecimientos especializados en gatos donde además de camareros trabajan animales que dan a los clientes cariño y compañía.
Baby cat
No es de extrañar que esta idea fructificara en Japón, donde un tercio de las personas vive sola y el sentimiento de melancolía es uno de los mayores del mundo.
El servicio es muy simple, ya que sólo hay que pagar 4.5 dólares por media hora de estancia rodeado de gatos, que se puede renovar cada 10 minutos a cambio de un dólar.
También se pueden consumir bebidas como café, té, zumo e incluso cerveza, pero no se sirve comida.
Eso sí, los clientes no se pueden traer sus propios gatos. Se trata de jugar o estar con gatos de entre menos de un año y 3 años, que trabajan en esta cafetería.
Una vez en la cafetería y antes de relacionarse con los gatos es obligatorio el rito de ir al baño para lavarse las manos primero con un jabón especial y luego con alcohol, por razones de higiene.
La idea de este tipo de cafetería llegó de Taiwán, de donde un nipón que pasaba por la capital, Taipei, importó el concepto para ponerlo en práctica en Osaka, hace cuatro años.
Desde entonces en plena popularidad para el sector de las mascotas japonés, cuyo valor estimado es más de 9 millones de dólares, han florecido decenas de cafeterías de gatos en Japón.
Sólo en Tokio ya hay una veintena, pero la pregunta es: ¿qué es lo que hace que un japonés pague para tomarse un café rodeado de gatos?
Según la dueña de la cafetería gatuna Neko JaLaLa, Mariko Nakamura, las razones son variadas, entre las que están que en muchas casas de la capital está prohibido tener mascotas y además los animales proporcionan un ambiente de relajación.
Neko JaLaLa abrió en el barrio popular de Akihabara, la meca de la tecnología, el manga y los videojuegos de Tokio en enero de este año y ya está preparando la apertura de otro local en un barrio universitario para septiembre.
La dueña del local explicó que entre semana pasan unas 30 o 50 personas al día por el local y unos 60 en fin de semana. Hay clientes que se acercan a la cafetería 2 o 3 veces por semana y cada uno tiene su favorito, pero el gato más exitoso es Jack, un ejemplar negro de 2 años y medio.
Los clientes de Neko JaLaLa son de todas las edades, desde adolescentes hasta ancianos de 70 años y tanto hombres como mujeres, pero esto es algo raro en este negocio, que normalmente está copado por las féminas.
Muchos jóvenes encorbatados se pasan por la tienda al mediodía y la dueña atribuye este fenómeno al estrés que sienten en el trabajo: "los gatos son caprichosos y no tienen que atenderles, por eso se sienten más libres que cuando están con perros".
En un país con un índice de natalidad bajísimo y una fascinación sin límites por todo lo tierno o "kawaii", los gatos comienzan a ocupar el lugar que merecen en el ámbito económico.
No obstante, y a pesar de tanto éxito, Nakamura no esconde su preocupación por el futuro de estos animales y espera que los dueños sean "amantes de gatos reales" y que piensen en ellos cuando estén mayores
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Fuente: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1653472
7 comentarios:
Hola, Ricardo.
BOnita iniciativa, aparte que no es nuevo de que los animales proporcionan mucho bien a cambio de poco. Pero como bien se señala al final del artículo, es de esperar que los que pasen por alli sean amantes de verdad de los animales, porque los animales no son meras modas que pasan.
Un abrazo.
Me encantó la labor social de los gatos. Es algo natural en ellos. Ofrecen compañía y fidelidad.
En las grandes ciudades la soledad es un factor agobiante, por eso no me extraña la aceptación por parte de la gente.
Me parece que a los gatos se los ve felices, porque saben que hacen felices a las personas.
Lo que empaña un poquito es saber que por detrás está el ineterés económico.
Un beso desde Asunción, Paraguay.
Aunque siempre nos quedará la duda, por el negocio que subyace por detrás, la cefetería me gustó. los gatos expresan tranquilidad, y por lo tanto, se deduce que allí son felices.
Tal como dice Nora, la soledad en las grandes ciudades es un factor agobiante, incluso, conducente al suicidio Esa soledad, no la idea de suicidio, la viví hace un año en Nueva York. Quizás por eso la labor de los gatos me llega tan hondo.
Al igual que Leonor, también espero que el amor por los animalitos continúe una vez que se haya pasado la moda.
Cordiales saludos dominicanos, para ti Ricardo y tus lectores.
A mí me encantó la iniciativa. La cafetería de gatos, por lo visto, es todo un éxito. Ellos aman y dan compañía. Ahora, lo que reralmente me llenaría de satisfacción, sería que todos estos mininos sean los recuperados de los abandonos. Esa sería un lección animal para los que en su día los abandonaron.
Un saludo.
Es que acariciar a un gato es algo tan relajante , mami siempre dice eso por eso nos quiere tanto porque somos toda ternura .
Hay tanta gente sola con necesidad de afecto ,que mejor que un animalito que siempre es agradecido y devuelve el doble de amor que recibe .
Preciosa iniciativa , me encanto la noticia.
realmente lo maximo!!!
hay formas y formas de lucrar con los animales, y esta es buenisima, por lo general suele ser que los animalitos se llevan la peor parte, aqui es una excelente simbiosis.
El proyecto es hermoso, pero al mismo tiempo inquietante ¿ gatos de seis meses a tres años? ¿y después? Yo he tenido gatos de veinte años ¿que pasará con esos gatos después? ¿cuando ya les haya llegado la "fecha de caducidad"? ¿Y antes? ¿De donde vienen? ¿No tendrán unas gatas "paridoras", como verdaderas máquinas de fabricar gatitos? En fin, mientras esto no sé aclare,el asunto me parece condenable y aterrorizante.
Es una muestra mas de explotación de los animales para el disfrute de los humanos.
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