Tu trato con los animales hablará de ti mejor que tus palabras -R.M.J.

viernes, 30 de abril de 2010

Gatos callejeros: una lección de amor.

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¿UN FELINO CONVERTIDO EN EJEMPLO PARA LOS HUMANOS?
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Jamil y Noa, era una pareja de gatos vagabundos, que callejeaban a sus anchas por Antalya, Turquía. La ciudad entera constituía una casa, mas no un hogar, por eso emprendieron una romántica existencia afincada en el compañerismo. Así siendo, vivir derivó en un constante ambular, cargando esperanzas, descubriendo sitios tentadores, enlazando búsquedas, zurciendo soledades. La pesca del alimento necesario conformaba el norte, aunque el mutuo cariño venía a ser el vehículo que encaminaba el rastreo. De allí que recorrían todos los rincones sin ataduras que le cercenara la libertad, yendo de calle en calle, de basural en basural, de bocado en bocado, ensamblando miradas con suaves lambetazos; convirtiendo la intemperie en un cobijo de amor. No hubo situación climática que los detuviera. El viento y la tormenta los vieron cruzar. Ni el frió que recortaba los movimientos, o el calor que sugería abrazarse a la sombra, lograron derretir tanta unión.

Sin embargo, el desembarco de un avieso día trajo el estilete de la desgracia.

Todo ocurrió una tarde que decidieron atravesar una vía céntrica. Noa iba delante, cuando el nubarrón de un descuido le desenfocó la distancia, y un mal cálculo la dejó a merced de un automóvil. Los ojos de Jamil se desorbitaron. Un gesto y un arañazo al aire compusieron el grito de advertencia. Pero la fatalidad llegó antes que el aviso. Noa vio un armazón de chapas brillantes montado en veloces ruedas. No le dio tiempo a huir. Sólo atinó a agachar la cabeza. La fuga por la rendija de la salvación habíase cerrado de repente. ¡El impacto fue terrible! Sintió la fuerza del mundo reventando en todo el cuerpo. El dolor le arrancó las babas, y el golpazo la arrojó en el difuso espacio del asfalto. En medio de desgarradores maullidos la gatita pataleaba enloquecida. La respiración ya partía hacia el confín de la agonía. Las luces y las sombras le mostraban el desabrido gris del apagón.

El coche conducido por la arrogancia humana, no paró; sin inmutarse continuó rumbo a la impunidad del anonimato.

Movido por el reflejo del instinto, de un salto Jamil plantó presencia junto a Noa. Viéndola en estado moribundo, puso urgencia en la dentadura y la arrastró a un lugar seguro, antes que el intenso tráfico le robara el aliento de vida que aún la mantenía. Después, aplicando un insospechado conocimiento, valiéndose de las patas delanteras comenzó a masajearle el corazón.

El sitio íbase llenando de curiosos. En los rostros humanos desencajados por el asombro, rodaron las lágrimas cuajadas de emoción. La gente, consciente del dramático momento, miraba sorprendida el esfuerzo y la insistencia del gato. No obstante, nadie intervenía, confiando en que la capacidad del animal acabaría por recuperar a la compañera. La insólita escena trajo inspiración a alguna persona, dado que prontamente comenzó a filmar.

Jamil repitió el procedimiento a lo largo de dos horas.

Mehmet Ali Aikaya, estudiante de medicina, resolvió ayudar. Empero, la acción desplegada por el minino lo frenó el impulso.

En tanto, Jamil, advirtió que el desesperado intento de recuperación devino en completa inutilidad, ya que Noa murió entre sus patas. El inflexible pincel de la realidad le pintó un lienzo poblado de desaliento. Entonces, arrimó la cara a la cara de la gatita, y ahí quedó; adherido al rostro amado, y sin otro deseo que morir para irse con ella. Permaneció inmóvil cual un meteorito vencido, haciendo de la muerte el escalón conducente al infinito.

La tristeza del gato halló réplica en los corazones de los presentes, pues dejaba a la luz de la comprensión el sufrimiento animal que los hombres insisten en ignorar.

Alguien llamó a la Cámara de Medicina Veterinaria.

Al poco rato apareció el doctor Muamar, presidente de la Institución, acompañado de un colega. Lo sorprendió la descripción de cómo el felino masajeó el corazón de la gatita. En treinta y un años de profesión jamás supo de nada igual.

Rápidamente aterrizó una jaula portátil. En ella metieron el cuerpo de Noa envuelto en papeles de periódico. Jamil intentó huir metiéndose debajo de un coche, pero el peso del pesar lo hizo presa fácil de la captura. Se los llevaron.

El presidente de la Cámara de Medicina Veterinaria, declaró: “He visto muchos animales muertos en las calles ante la indiferencia de los transeúntes, pero el acto asumido por este gato callejero, nunca. Es todo un ejemplo dirigido a los humanos. Los animales abandonados en Turquía tienen una máxima esperanza de vida de dos años, por causa de las enfermedades y accidentes en el tráfico. Qué el ejemplo de este gato nos abra el corazón hacia la desgracia que viven”.

El cadáver de Noa fue incinerado. Jamil ahora está aguardando adopción sin el menor entusiasmo. Además, la partida de Noa le ha diluido el afán de libertad. Con el dolor de la ausencia ahondando el pozo del desgano, gime dentro de un silencio pegajoso, centrado en la reconfortante tarea de reavivar recuerdos. Para él la vida se ha tornado un soplo carente de sentido o de envergadura. A sus ganas de vivir la suplantó un sentimiento de derrota; como el de la hoja seca despreciada por el árbol, a la espera del viento que la tirará a los pies de la muerte.
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Autor del Texto: Ricardo Muñoz José
http://linde5-otroenfoque.blogspot.com/2010/04/gatos-callejeros-una-leccion-de-amor.html (Aquí puedes dejar tu comentario)
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IMPORTANTE: Este hecho ocurrió en la tarde del 19 de abril de 2010, frente al 76th del centro neurálgico de Antalya, distrito de Kizilsaray.

viernes, 16 de abril de 2010

El hornero, un pájaro que junto a su pareja construye su nido: ¡un horno!

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MUCHAS COSAS LO DIFERENCIAN DE LAS OTRAS AVES
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VIVE EN PAREJA LA VIDA ENTERA
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CON SU PAREJA CANTA A DÚO, Y, SOBRE TODO, JUNTOS CONSTRUYEN UN NIDO SINGULAR
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El hornero (Furnarius rufus)
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El hornero no es un pajarito cualquiera. Dos países (Argentina y Uruguay) lo denominan AVE DE LA PATRIA. Aunque, a decir verdad, su presencia está muy extendida en América del Sur: se lo puede encontrar desde el Mato Grosso a la Patagonia.
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En Argentina y en Uruguay lo llaman hornero, en Brasil, Joao do barro, en Bolivia, ticuchi, y en Paraguay, Alfonsito (cuenta una leyenda paraguaya, que en una época lejana un tal Alfonso García, imitando al hornero hizo el primer rancho de barro).
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El nido es un "horno" hecho con barro, ramitas, raíces, paja, crines y heces de animales, que ambos acarrean incansablemente en sus picos. La tarea la ejecutan por etapas; permitiendo así que los materiales se compacten y se sequen. Estos materiales son cementados con saliva, ya que las glándulas salivares de los horneros funcionan por encima de lo normal. El resultado es un "horno" de insospechada resistencia, que firmemente aguantará la lluvia y el viento. En la edificación el macho y la hembra trabajan durante dos semanas, que es el tiempo habitual empleado para completar la obra.
. Este nido esférico, posee un tabique vertical en curvatura y una entrada circular hecha a su justa medida, a fin de impedir el paso de los depredadores. En el interior, y detrás del tabique, se encuentra la "alcoba", que es el sitio de incubación y cría.. .Al no ser reacio a la presencia del hombre, levanta su "vivienda" en lugares visibles; ramas, techos, horcones de los aljibes, tranqueras, postes del tendido eléctrico, etc.
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Y también en los lugares más inverosímiles
. El hornero se reproduce entre septiembre y octubre, y al ser un ave sedentaria (y, por tanto, no migratoria) se ajusta a una rara costumbre estableciendo su particular traslado; para cada nidada construye un "horno" nuevo. A veces encima del otro, a guisa de un edificio. Los "hornos" desechados, rápidamente se lo disputan otras aves, ratones, culebras, y hombres (la gente lo usa como amuleto o como adorno).
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El nido alberga entre dos y cinco huevos que son incubados por la pareja durante unos quince días y de forma alternativa. Cuando uno anida, el otro sale a buscar el sustento, y al regresar, entona un canto especial (algo parecido a una contraseña) a fin de ser reconocido y que el otro salga al exterior con seguridad..
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Con el hombre de campo mantiene una colaboración explícita; ya que la tierra removida por el agricultor lo provee de larvas (base de su alimentación), y, a su vez, el agricultor también sale beneficiado por los horneros, pues estos liberan la tierra de organismos que posteriormente podrían derivar en plagas para el sembradío.
. Creencias
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Su apacible cercanía, la confianza que le demuestra a los humanos al anidar cerca de sus viviendas, lo curioso de su canto y la singularidad de su nido, fermentaron ricamente la imaginación del pueblo, hasta el punto de construir en torno al hornero un vasto repertorio de creencias, que sobreviven a través de las generaciones.
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De acuerdo a lo predicado por la sabiduría popular, la conducta del hornero acarrea un bagaje de buenos augurios:
-Su presencia en sí es generadora de suerte.
-Es bueno que anide cerca de los caseríos porque señala un año de óptimas cosechas.
-Si el hornero canta sobre el techo, anuncia tiempos de bonanza para los que viven en la casa.
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El hornero y el clima
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El hombre de campo lo relaciona con la lluvia y la humedad:
-Al serle menester el barro para su nido, la sequía huye de él y se mantiene alejada (algo positivo para el campo y la siembra).
-Si el hornero canta con energía durante un temporal, significa que la lluvia pronto va a parar.
-Si hace su nido en el techo de una morada, la felicidad acunará a sus habitantes, pues, como dice el refrán: "En casa con nido de hornero no caen rayos".
. Otras cualidades
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Para el campesino, el hornero simboliza el cumplimiento del descanso dominical; dado que, si se lo viera levantando su nido en día domingo, seguro que se avecina la sequía que lo privará del barro, o vendrán fuertes lluvias que impedirán su trabajo.También aseguran que es un infalible guardián; sus chillidos de alarma avisan de la presencia de víboras o animales peligrosos, y además, con sus ruidos o infrecuentes movimientos, anuncia de la llegada de personas no gratas. .
Asimismo, en la "medicina" folclórica, el uso del "horno" es remedio infalible para las afecciones de la piel (especialmente quemaduras); se usa un trozo humedecido en agua y se pone cual un emplasto encima de la parte dañada.
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Igualmente existen creencias de otro matiz
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-El hornero encarna el sacrificio, porque aguanta a su pareja durante toda su vida.
-El hornero canta feliz porque no tiene suegra.
-El hornero construye un horno porque no le gusta que lo vean haciendo el amor.
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El hornero en la mitología de los indígenas del Chaco
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Según el mito, en épocas inmemoriales, y cuando el cielo y la Tierra estaban conectados por "El puente de la existencia", la gente carecía de un elemento primordial; el fuego (y no podían esperar nada de Prometeo ya que era de otra mitología). Entonces, el hombre atravesaba El puente y accedía al cielo a pedirle al Sol que le cocinara los alimentos. Mas, el Sol -de puro cascarrabias- no aceptaba risas de nadie en su presencia (ante él todos firmes, con la boca cerrada y sin meterse el dedo en la nariz). Cierto día al grupo se unió Tatsí, quien, justamente, se distinguía por su buen humor y propensión a la risa. Por lo tanto, ocurrió lo que se podía esperar; cuando el Sol para cocer los alimentos, se sentó sobre los cacharros y comenzó a soltar fuego por el trasero, Tatsí largó una atronadora risotada. Inmediatamente, el Sol, encolerizado, escupió fuego poniendo en fuga a los visitantes, y completó su obra incendiando la Tierra. La mayoría de los hombres murieron, y los que lograron sobrevivir se convirtieron en animales. De este modo, Tatsí, derivó en el actual hornero.
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Cuenta el poeta chaqueño Tito Grandi:

Un amigo, al que le conté esta leyenda, me preguntó seriamente.

.-¿Será verdad que ocurrió así?

-Bueno, es una leyenda.

-Y de haber sido así, ¿se habrá completado la transformación?

-¿Por qué lo preguntás?

-Porque uno sale a la calle, ve cada cara, y ya no sabe qué pensar.

Anécdota:

El político Hipólito Marcial, contó que en su Santa María natal, vio de niño cuando un tordo se adueñó del nido de una pareja de horneritos. Al no poder espantar al intruso, las laboriosas aves empezaron a revolotear el horno en forma infructuosa, entonces, aprovechando que el tordo se encontraban en el interior, directamente comenzaron a tapiar la entrada a gran velocidad hasta que la cerraron casi por completo; de inmediato se dirigieron a otro árbol y comenzaron una nueva vivienda.

Área que cubre su hábit en Argentina.

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PUBLICADO POR RICARDO MUÑOZ JOSÉ

http://linde5-otroenfoque.blogspot.com/2010/04/el-hornero-un-pajaro-que-junto-su.html

El texto y las imágenes se tomaron de Internet.

viernes, 9 de abril de 2010

Otro conmovedor caso de amor y lealtad animal.

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UNA PERRA CUIDA DURANTE MÁS DE QUINCE DÍAS A SU COMPAÑERO ATROPELLADO
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VOLUNTARIOS DE "EL REFUGIO" LOGRARON COGERLA CON UNA CERBATANA TRAS DOS DÍAS DE RESCATE
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Dulcinea protege a su compañero, un perro de color canela, que estaba muerto en la cuneta. Varias personas al pasar con sus vehículos la ven y llaman a El Refugio. Cerca de tres mil perros fueron atropellados durante 2008 en las carreteras.

Ramón, Alejandra, Paloma y las muchas personas que pasaban a diario por la carretera que va de Ávila a El Espinar, ahora ya descansan tranquilas porque Dulcinea ya está a salvo. Durante más de quince días, todos ellos han estado pasando por esta carretera camino de sus trabajos viendo a Dulcinea, una perra de color blanco y gris, mestiza, de aproximadamente un año de edad, cómo se jugaba la vida entre los camiones y coches por proteger a su compañero que no tuvo tanta suerte y yacía muerto en la cuneta. Así nos lo relataba Alejandra “parece que lo defiende y aunque se vaya muy lejos porque se asuste, siempre vuelve con él”. Ante las numerosas llamadas de todas estas personas inquietas y preocupadas porque Dulcinea también fuese atropellada, acudieron varios voluntarios de El Refugio a intentar cogerla con una cerbatana.

El primer día fue imposible, Dulcinea esquivó los dos dardos que disparó una de las voluntarias de El Refugio y ya fue imposible acercarse a ella. Al día siguiente, con la seguridad de que allí seguiría Dulcinea acompañando a su amigo muerto, voluntarios de El Refugio acudieron nuevamente, coincidiendo con otras personas que también estaban intentando cogerla. En esta ocasión Dulcinea tuvo suerte y no consiguió esquivar los dardos anestésicos y ahora está en El Refugio esperando una familia que la adopte.
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“Ésta es la realidad de miles de perros que mueren atropellados en nuestro país. Dulcinea ha tenido mucha suerte, está en perfecto estado y ahora lo que queremos es encontrarle una familia que la adopte” manifestó Nacho Paunero, presidente de El Refugio.
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Otros vídeos de El Refugio en: www.elrefugiotv.org - La primera televisión de los animales.