Tu trato con los animales hablará de ti mejor que tus palabras -R.M.J.

sábado, 27 de febrero de 2010

Las corridas de toros en la obra de Mario Benedetti.

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Amnistía es una palabra difícil, o como dice el abuelo Rafael muy peliaguda, porque tiene una M y una N que siempre van juntas.
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"Amnistía es cuando a uno le perdonan una penitencia. Por ejemplo si yo vengo de la escuela con la ropa toda sucia y Graciela o sea mi mami me dice por una semana estarás sin postre, y si después me porto bien y a los tres días traigo buenas notas en aritmética entonces ella me da una amnistía y puedo volver a comer helado de esos que se llaman canoa y tienen tres pelotas una de vainilla otra de chocolate y otra más de fresa que viene a ser lo mismo que el abuelo Rafael llama frutillas.

También el otro día vi por la tele una corrida de toros que es como un estadio donde un señor juega con una mantel colorado y un toro que se hace el furioso pero es buenísimo, y después de muchísimas horas de estar jugando con el hombre se aburrió y dijo no quiero jugar más con ese bicho que se hace el furioso pero el toro quería seguir jugando y entonces fue el hombre quien se puso furioso y como era muy necio le clavó aquí en la nuca una espada larguísima y el toro que ya estaba a punto de pedir la amnistía miró al señor con unos ojos muy pero muy tristes...

y después se desmayó en mitad de la cancha sin que nadie le diera la amnistía y a mí me dio tanta lástima que me salió un suspiro finito finito y esa noche soñé que yo acariciaba al toro y le decía chicho chicho igual que le digo a Sarcasmo el perro de Angélica y él mueve la cola contentísimo, pero en el sueño el toro no la movía porque seguía desmayado en mitad de la cancha y yo le daba la amnistía pero en sueños no vale.

Cuando venga la amnistía no habrá más corridas de toros ni me van a salir más granitos…"


Primavera con una esquina rota.
Mario Benedetti


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Este relato forma parte del libro “Primavera con una esquina rota” de Mario Benedetti. Beatriz es una niña que vive en el exilio con su madre, y su padre se encuentra en prisión por cuestiones políticas.

He copiado para vosotros algunas frases donde la niña reflexiona, desde su óptica infantil, sobre las corridas de toros.
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Colaboración: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Yolanda Plaza Ruiz . . . . . . http://delavidaylapalabra.blogspot.com/2010/02/las-corridas-de-toros-en-la-obra-de.html

martes, 16 de febrero de 2010

ESOS SERES EXTRAÑOS LLAMADOS ANIMALISTAS

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¿ES REALMENTE TAN DIFÍCIL COMPRENDER QUE SE ABRACE ESA FILOSOFÍA DE RECHAZAR CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA, DE EXPLOTACIÓN O AGRESIÓN GRATUITA A OTROS SERES?
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Si a nadie le parece extraño que me detenga a auxiliar en un accidente de tráfico, suponiendo que todavía no hayan llegado los servicios de emergencia, ¿por qué algunos me califican de chalado si recojo del arcén a un perro que acaba de ser atropellado para llevarlo a un veterinario, y hasta me advierten, a modo de consejo, que dejará en el asiento restos de pelos y de sangre? ¿A alguno de esos le preocuparía las manchas en su tapicería si procediesen de las hemorragias de un señor que se ha abierto la cabeza contra el parabrisas de su coche?, y digo más, ¿se lo pensarían si fuese su propio perro el herido?
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Muy pocos, o ninguno, van a criticar que te manifiestes contra el cambio climático, la contaminación de la atmósfera y de los mares o la deforestación de los bosques. Pero de esos mismos son bastantes los que no comprenden que lo hagas protestando contra la tauromaquia, la experimentación con animales o la industria de la peletería. ¿Por qué en un caso está bien visto y eres un ser comprometido y solidario mientras en el otro, te consideran un infeliz o un soñador, cuando no un perturbador?
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Y no hablemos ya del tema de la alimentación. Todos entienden, en nuestra cultura, que no te meriendes un bocadillo con las tripas embutidas de un pastor alemán, que no te cenes un filete del lomo de un setter irlandes o que no sirvas en la mesa una fuente con un gato siamés troceado y al ajillo. Pero si tampoco quieres hacer eso mismo cuando la víctima es un cerdo, una ternera o un pollo, entonces eres el rarito y el que se empeña en ir en contra de la tradición, de la cultura y hasta de las normas básicas de nutrición.
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Así de peculiares son los valores por los que nos regimos en esta Sociedad. Un perro no se puede cocinar y comer, pero no existe reparo en dejarlo agonizando en el asfalto, o no hay problema en practicar con él la vivisección. Un gato tampoco estará en nuestra dieta, no ya por razones de salud, sino porque nos horroriza que se le introduzca vivo en una olla con agua hirviendo como hacen en otras culturas, pero muchos conductores ni los esquivan o extreman la precaución cuando los ven rondando por una carretera porque saben que en cualquier caso, saldrá perdiendo el animal.

Y a la vaca o al cordero, en cambio, se les puede tener toda su miserable vida encerrados en un espacio minúsculo, engordándolos para al final, descuartizarlos y comérselos.

En definitiva, que evitarle o no a un animal el sufrimiento no depende ya sólo de su especie, sino también del origen del padecimiento, y la consecuencia es que el dolor de un mismo individuo puede horrorizarnos, resultarnos indiferente o incluso estar de acuerdo en que se le cause, todo en función de por qué y cómo le venga provocado. ¿Alguien puede darme una explicación coherente y con un mínimo de ética para este tipo de aberración moral?

Y en cuanto al tener que estar justificando continuamente los motivos de declararse en contra de cualquier tipo de maltrato a los animales, no ya ante los que se los infligen, que con esos el debate, en el caso de ser posible, va por otros derroteros, sino con nuestros allegados, con amigos y familiares, ¿es realmente tan difícil de comprender que se abrace esa filosofía de rechazar cualquier tipo de violencia, de explotación o de agresión gratuitas a otros seres? A mí, lo que se me antoja inconcebible es defender precisamente lo contrario.

No me causa el menor desánimo ser el blanco de las iras o de los insultos de taurinos, cazadores, vivisectores, ganaderos industriales o propietarios de circos con animales; tampoco me asombra la indiferencia de los políticos, de muchos medios de comunicación o de amplios sectores de la Sociedad, pero lo que realmente me duele y no puedo entender, es por qué muchas veces en los míos veo críticas, incomprensión y hasta miradas que parecen ocultar lástima por mis “veleidades” animalistas y por haberme convertido en defensor de “causas perdidas”.

Aquellos, cercanos o no, que sientan que soy yo el equivocado, el majareta o el rebelde sin motivo, quizás puedan explicarme qué piensan de un chino que cuelga por el cuello a un perro vivo de un gancho y lo abre en canal, o al verlos comer los sesos de un mono cuyo corazón todavía palpita, también cuando contemplan como en Tanzania torturan y matan a los albinos para realizar con ellos rituales mágicos, o las ablaciones de clítoris en Sierra Leona.

Tal vez, lo que el cocinero chino o la curandera somalí piensen de ellos al observar su repugnancia, su horror y su rechazo a tales costumbres, sea muy similar a lo que ellos creen de mi. Y es que en definitiva, se trate de hombre, mujer, perro, cerdo o mono, hay algo que las diferentes nacionalidades no pueden alterar y es común en todas ellas: la angustia y el sufrimiento de las víctimas cuando son sometidas a padecimientos terribles o asesinadas. Y existe un aspecto que tampoco debería de depender de cuestiones educativas, de culturas o de códigos penales: la obligación de expresar nuestra repulsa absoluta a que la violencia sobre otros seres forme parte de la conducta humana, sea cual sea la disculpa para ejercerla, la especie del martirizado o el rincón del Planeta donde ocurra.

Imagino que hay una razón muy poderosa para explicar el porqué de esta paradoja en nuestra escala de valores: los intereses económicos. Las industrias que en nuestra Sociedad han encontrado un mercado para sus artículos, se encargan de engrasar continuamente los mecanismos adecuados para que nos parezca no sólo lícito, sino imprescindible seguir consumiendo productos que de un modo u otro, impliquen angustia para animales. De tal modo, y teniendo en cuenta que en otras culturas, los empresarios hacen lo propio según los hábitos de sus clientes, hemos de llegar a la conclusión que la diferencia entre el bien y el mal no radica en el hecho en si, sino en nuestra percepción del mismo en función de lo que nos han presentado como virtuoso o como perverso. En todo caso, una justificación muy pobre y que sólo puede servir para aquellos que no tengan el menor interés en reflexionar sobre las consecuencias de sus actos.

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Texto escrito por:
JULIO ORTEGA FRAILE

http://findelmaltratoanimal.blogspot.com/2010/01/esos-seres-extranos-llamados.html

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LOS ANIMALES: EL SILENCIO DE LOS INOCENTES.

martes, 2 de febrero de 2010

El último grito en Tokio: Gatos que dan compañía para ayudar a vencer la soledad.


CAFETERÍAS DE GATOS
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TOMAR UN CAFÉ RODEADO DE GATOS ES LA NUEVA MODA EN JAPÓN
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Yoko Kaneko, EFE
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TOKIO.- El amor de los japoneses por los animales ha llevado a Tokio el último grito en cafeterías, establecimientos especializados en gatos donde además de camareros trabajan animales que dan a los clientes cariño y compañía.

Baby cat
No es de extrañar que esta idea fructificara en Japón, donde un tercio de las personas vive sola y el sentimiento de melancolía es uno de los mayores del mundo.

El servicio es muy simple, ya que sólo hay que pagar 4.5 dólares por media hora de estancia rodeado de gatos, que se puede renovar cada 10 minutos a cambio de un dólar.

También se pueden consumir bebidas como café, té, zumo e incluso cerveza, pero no se sirve comida.

Eso sí, los clientes no se pueden traer sus propios gatos. Se trata de jugar o estar con gatos de entre menos de un año y 3 años, que trabajan en esta cafetería.

Una vez en la cafetería y antes de relacionarse con los gatos es obligatorio el rito de ir al baño para lavarse las manos primero con un jabón especial y luego con alcohol, por razones de higiene.

La idea de este tipo de cafetería llegó de Taiwán, de donde un nipón que pasaba por la capital, Taipei, importó el concepto para ponerlo en práctica en Osaka, hace cuatro años.

Desde entonces en plena popularidad para el sector de las mascotas japonés, cuyo valor estimado es más de 9 millones de dólares, han florecido decenas de cafeterías de gatos en Japón.

Sólo en Tokio ya hay una veintena, pero la pregunta es: ¿qué es lo que hace que un japonés pague para tomarse un café rodeado de gatos?

Según la dueña de la cafetería gatuna Neko JaLaLa, Mariko Nakamura, las razones son variadas, entre las que están que en muchas casas de la capital está prohibido tener mascotas y además los animales proporcionan un ambiente de relajación.

Neko JaLaLa abrió en el barrio popular de Akihabara, la meca de la tecnología, el manga y los videojuegos de Tokio en enero de este año y ya está preparando la apertura de otro local en un barrio universitario para septiembre.

La dueña del local explicó que entre semana pasan unas 30 o 50 personas al día por el local y unos 60 en fin de semana. Hay clientes que se acercan a la cafetería 2 o 3 veces por semana y cada uno tiene su favorito, pero el gato más exitoso es Jack, un ejemplar negro de 2 años y medio.

Los clientes de Neko JaLaLa son de todas las edades, desde adolescentes hasta ancianos de 70 años y tanto hombres como mujeres, pero esto es algo raro en este negocio, que normalmente está copado por las féminas.

Muchos jóvenes encorbatados se pasan por la tienda al mediodía y la dueña atribuye este fenómeno al estrés que sienten en el trabajo: "los gatos son caprichosos y no tienen que atenderles, por eso se sienten más libres que cuando están con perros".

En un país con un índice de natalidad bajísimo y una fascinación sin límites por todo lo tierno o "kawaii", los gatos comienzan a ocupar el lugar que merecen en el ámbito económico.

No obstante, y a pesar de tanto éxito, Nakamura no esconde su preocupación por el futuro de estos animales y espera que los dueños sean "amantes de gatos reales" y que piensen en ellos cuando estén mayores


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Fuente: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1653472