Tu trato con los animales hablará de ti mejor que tus palabras -R.M.J.

jueves, 1 de enero de 2009

El regalo de una sonrisa.

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EL PERRO, LA PANTERA Y EL MONO.
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---Un señor, aficionado a las mariposas, decidió ir a conocer los más hermosos ejemplares en su hábitat. Viajó a la selva de un país africano, y para no sentirse solo se llevó con él a su perro.
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---Un día, ya en plena expedición, el perro, tras alejarse de su dueño, se extravió. Comenzó a vagar por la selva parándose a cada momento, pues, en un sitio tan diferente y poco afín a los canes, todo le interesaba. De repente, divisó a corta distancia una pantera. ¿Qué hacer?

---A su vez, la pantera, lo observaba extrañada. ¿Qué animal tan raro? Nunca había visto uno igual. No obstante, ante la necesidad de comer poco importaba la especie.

----Primero me lo como y después pregunto -se dijo, y partió a toda velocidad rumbo al desconocido.
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---El perro, sabiendo que la pantera lo iba a devorar, pensó rápido en un plan que lo catapultara a la salvación. Viendo un montón de huesos de un animal muerto, empezó a mordisquearlos. Y cuando la pantera estaba a punto de atacarlo, el perro dijo en voz alta:

---Ah, qué rica pantera me acabo de comer!

---La pantera lo escuchó, y, frenando en seco, giró y se marchó despavorida.

----¡Quién sabe qué animal será ese! Mejor me voy, no me vaya a comer a mí también.
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---Un mono, que se hallaba subido a un árbol cercano y que había visto la escena y oído el comentario de la pantera, fue corriendo tras ella para contarle cómo la había engañado el perro.

----¡Si serás estúpida! Esos huesos ya estaban ahí. Además, ¡es un simple perro!

---La pantera captó al instante haber caído en la artimaña. Entonces, herida en su amor propio, le gritó enfurecida al mono:

---Súbete a mi lomo y vamos a por ese perro! ¡A ver quién se come a quién! -Y salió corriendo a buscarlo.

---El can la vio venir cabalgada por el mono soplón.

----¿Y ahora qué hago? -pensó asustado.

---Le surgió una idea, y en vez de huir, se quedó sentado dando la espalda como si no los hubiera visto. Y cuando la pantera iba a dar el salto para atacarlo, el perro exclamó:

----¡Dónde estará ese maldito mono! ¡Hace media hora que lo mandé a buscarme una pantera y todavía no ha vuelto!

---Al escuchar aquellas palabras, la pantera salió pitando. El mono acabó estampado contra un árbol.
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MORALEJA: En situaciones críticas, la imaginación es más importante que el conocimiento. Trata de ser imaginativo como el perro, evita ser estúpido como la pantera, y, sobre todo, nunca seas delator como el mono.

. CCue
Cuento e imágenes se obtuvieron en Internet.

Publicado por:

Ricardo Muñoz José