Tu trato con los animales hablará de ti mejor que tus palabras -R.M.J.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Animales de compañía: el bálsamo que no se ve

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LA CONVIVENCIA DE LAS PERSONAS MAYORES CON LOS
 ANIMALES, INCREMENTA SU BIENESTAR
Y LES MEJORA LA CALIDAD DE VIDA.
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LOS MAYORES LLORAN EN LAS RESIDENCIAS LA SEPARACIÓN FORZOSA DE SUS ANIMALES
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Son casos silenciosos, de los que nadie habla, pero que conllevan un dolor y una violencia hacia las personas mayores y hacia sus animales impensables en una sociedad avanzada
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Texto de Marta Navarro García - 25/03/2014 - 20:43h
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Cuando María llegó a la residencia de ancianos, sus ojos vivarachos impresionaron a la directora. Ahora son de color humo. Lleva meses sin acariciar a Mía, sin tenerla en su regazo, sin su ronroneo nocturno. Después de un accidente casero, María ingresó en la residencia, mientras sus hijos le prometían buscar una buena adoptante para Mía. ¿Pero quién adopta a una gata de diecinueve años con la cadera como un flan?, dudaba María. En un par de horas, la residencia y sus hijos decidieron cómo sería el resto de su vida, olvidándose de lo más importante para ella, del único ser vivo que había permanecido a su lado las dos últimas décadas. Una tarde, María estaba viendo un programa en la televisión sobre animales abandonados cuando reconoció en una de las jaulas a su adorada y esquelética gata. Suplicó hasta la extenuación que le dejaran llevarse a Mía a la residencia, se negó a comer, se negó a participar en ninguna actividad, pero recibió un no rotundo por parte de la dirección. Todas las mañanas, María se arregla el pelo con desgana, busca el bastón y sale a la pequeña terraza de su habitación, donde permanece sola. El resto de residentes juega a las cartas o ve la tele. En pocos meses ha perdido ocho kilos, justo lo que pesaba Mía antes de separarse de ella. Las dos, María y Mía, son hoy un muestrario de huesos, un dolor de clavículas arrastrándose, respectivamente, por una residencia y una jaula.
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Chico está en una perrera y tiene fecha para ser sacrificado, pero no será necesario, hace dos meses que apenas come ni se mueve. Pablo vendió su casa para saldar las deudas económicas de sus hijos y después ingresó en la residencia. Lo hizo a cambio de que sus nietos se ocuparan de su pastor alemán y de que siempre estuviera bien atendido. No fue así, nadie quiso ocuparse de Chico y la residencia se negó a admitirlo. Chico pasa las veinticuatro horas del día mirando la puerta de su chenil, esperando a Pablo. Y Pablo pasa toda la jornada mirando la puerta, esperando a que sus nietos le traigan a Chico.
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Nina, una anciana de origen ruso, se sienta todos los días en un banco del parque y le enseña a quien quiera pararse unos minutos la fotografía de Ana, su hermosa cocker de melena rizada. Un día Nina llamó a la guardería donde sus hijos le dijeron que estaba su perra y allí le informaron de que Ana había escapado y había sido atropellada por un coche.
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Estos son sólo tres casos, pero hay cientos. En estos momentos, el número de animales abandonados en los albergues por motivos similares es cada vez mayor. La crisis económica se convierte para muchos en la excusa para apuñalar emocionalmente a quienes más cuidado necesitan. Son casos silenciosos, de los que nadie habla, pero que conllevan un dolor y una violencia hacia las personas mayores y sus animales impensables en una sociedad avanzada.
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Nuestras residencias de ancianos no tienen en cuenta el estudio de Stryler-Gordon realizado en 284 residencias en Minnesota. Según esa investigación, los residentes que conviven con sus animales mejoran de salud, tienen más apetito, caminan más, duermen mejor, incluso aumenta su socialización. En definitiva, demuestra que la convivencia de las personas mayores con los animales incrementa su bienestar y mejora su calidad de vida.
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A un perro o un gato no le importa el éxito social, profesional o económico de su compañero de vida; al contrario, siguen siendo una fuente de energía, estímulo y afectividad que no falla nunca. Por eso, es importante crear conciencia de estos efectos positivos y cambiar radicalmente la manera en la que tratamos a ancianos y animales, que, además de cruel, es absolutamente fallida desde un punto de vista médico. Ambos son abandonados sin tener en cuenta su bienestar. Y no, no es un problema de grandes inversiones, es una cuestión de voluntad y de respeto. También de adaptación de las instalaciones, sí, pero esto se vería compensado con creces por los buenos resultados en la vida de sus residentes.
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En España, según un estudio de la ADDA, solo hay tres residencias, privadas, que permiten la convivencia con animales. Esto debería cambiar radicalmente: no solo por las personas mayores de la actualidad, sino también por las del futuro, ya que cada vez somos más quienes convivimos con perros y gatos.
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Cada noche en las residencias, centenares de ancianos lloran en silencio al haber sido separados a la fuerza de sus animales. Animales que dieron amor y acabaron recibiendo una inyección letal o un golpe de frío en sus maltrechos huesos. Humanos y animales a la deriva, náufragos de una sociedad insensible que necesita un cambio profundo.
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Texto de: Marta Navarro García
http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/Centenares-ancianos-residencias-separacion-animales_6_242585749.html
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Enviado por Yolanda Plaza Ruiz
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PUBLICADO POR RICARDO MUÑOZ JOSÉ
http://linde5-otroenfoquenoticias.blogspot.com/ 

sábado, 22 de marzo de 2014

Otro caso de amor animal hacia el hombre

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UN GESTO DE INFINITA TERNURA
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PARA LOS QUE DUDAN QUE LOS ANIMALES TIENEN SENTIMIENTOS
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En un zoológico de Holanda el adiós de una jirafa a su cuidador enfermo de cáncer
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El hombre de 54 años pidió despedirse de los animales que cuidaba cada día.
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El trabajo de este hombre de 54 años fue cuidar de los animales en el zoológico de Rotterdam, en Holanda. Ahora Mario, enfermo de cáncer en fase terminal ha querido despedirse de las jirafas, que atendió y limpió todos los días durante años.
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El gesto de uno de los animales, que se le acercó y le rozó la mejilla a modo de saludo, ha sido publicado por numerosos periódicos.
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Mario, que es discapacitado psíquico, ha trabajado en el zoológico de Diergaarde Blijdorp, desde hace 25 años, según ha publicado 'Mirror'.
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El hombre, enfermo en fase terminal, pidió como última voluntad ser trasladado a su trabajo para despedirse de sus compañeros y de sus animales, con los que tantos momentos había compartido.
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Al llegar al espacio de las jirafas, a las que durante años Mario alimentó y limpió, uno de los animales se acercó hasta la camilla donde yacía y le acarició la cara, como un beso o una caricia.
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La imagen fue comentada por la organización que coordinó la visita de Mario, que lo trasladó en ambulancia para cumplir su último deseo.
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"Los animales lo reconocieron y se sentía que las cosas no estaban bien para él. Fue un momento muy especial ".
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Fuente:
http://www.cuatro.com/noticias/sociedad/jirafa-cuidador-enfermo_de_cancer-zoologico_de_Holanda_0_1767150563.html
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Noticia enviada por Yolanda Plaza Ruiz
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PUBLICADO POR RICARDO MUÑOZ JOSÉ
http://linde5-otroenfoque.blogspot.com/

sábado, 8 de marzo de 2014

Un perro muerto...

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DE PIE FRENTE AL ANÁLISIS
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Nuestra falta de humanidad se revela en tantas cosas que es innumerable su mención, desde guerras a gritos que sabemos que lastiman, todo un arco de miserias.
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Soy un perro solitario, sé lo que es serlo, de ahí mi nombre, por más amigos que tenga, nací desnudo, desnudo se va nuestro último día.
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Quienes maltratan animales domésticos debieran ser juzgados, castigados, reeducados, y no estoy ignorando aquellos animales que nos sirven para alimentarnos, de los cuales quiero averiguar las cantidades que se matan por día en el mundo, sé que ese dato me va a asombrar y me va a hacer sentir algo perverso, la vida tiene esos aspectos, como las muertes transcurren ordenadamente en mataderos, con pocos testigos, sin que nuestros ojos se envenenen para que no nos remuerda la chuleta que masticamos, contentos, jugosa de sangre.
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No entiendo a la gente que abandona a los perros y a los gatos, menos a quienes los condenan a vivir de forma infame, solos en un departamento, peor aún, en un balcón, atados en un jardín, paleados si no cumplen con los caprichos humanos.
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Perros muertos en las rutas durmiendo en una cama de sangre, pisados y repisados, porque como los miserables, no tuvieron suerte de vientre ni nadie que los apañe.
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Los perros y gatos nos llenan de amor, son los animales que sacrifican su forma natural de vivir por compartir nuestra vida, se merecen mucho, un animal doméstico trae alegría a los hogares generando una mejor convivencia, nos alegran, nos conmueven con su simpatía, su noble apego, el cariño que si los sabemos amar nos manifiestan.
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Si estás solo, apenado, podés tenerlo bien, adoptá uno, son tan increíbles que hasta son un medio por el cual se rehabilitan ancianos, enfermos con accidentes cerebrales o enfermos de pena, ellos con su bondad, han de curar tus heridas, las cicatrices evidentes y las secretas.

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Ricardo Marcenaro
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Fuente:
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José  Larralde: "Un perro muerto nomás..."
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http://www.youtube.com/watch?v=VC_Zn-dHbtQ


(No dejes de ver este vídeo)
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PUBLICADO POR RICARDO MUÑOZ JOSÉ
http://linde5-otroenfoque.blogspot.com/