Tu trato con los animales hablará de ti mejor que tus palabras -R.M.J.

jueves, 31 de marzo de 2011

Perros solidarios

LOS PERROS LES HACEN MÁS LIBRES

Un grupo de presos de la cárcel de Villabona hace terapia con canes cedidos por el albergue de Serín, a los que educan para facilitar que puedan ser adoptados .

Luján PALACIOS


La mayoría son jóvenes. Todos cometieron un delito y están en la cárcel. Y para muchos la entrada en prisión llegó acompañada de una depresión. Ahora un grupo de perros gijoneses les ayudan a cultivar una ilusión que les hace más llevadera la estancia entre rejas. Los presos de grado 2 de la prisión de Villabona que así lo desean practican desde hace un año una terapia con perros, que ha hecho que muchos de ellos vuelvan a sonreír. Gracias a la terapia asistida con animales (TACA), las jornadas tienen otro aliciente, y alrededor de 45 internos cuentan los minutos para poder jugar con «Telva», «Pinón», «Wendy» y «Silvia», los cuatro canes que ahora mismo habitan en Villabona. En un espacio propio cercado, con casetas y una zona habilitada para hacer ejercicios.


«Telva» y «Pinón», dos ejemplares de labrador, llegaron hace un año de la mano de la fundación Afinity, después de que los funcionarios de la prisión se interesaran por poner en marcha un proyecto que ya funciona en varias cárceles de España, con el objetivo de que los internos hagan terapia con perros. Tal y como explica Juan P., funcionario de vigilancia dentro del programa TACA, la iniciativa fue un éxito, lo que obligó a buscar nuevas alternativas. La solución se la ofreció la Asociación de Amigos del Perro a través del albergue de Serín, que ha comenzado a ceder perros a la prisión para que la terapia se extienda al mayor número posible de presos.


J. H. F. y J. R. G. dan mimos a los perros


De este modo llegaron hace apenas dos meses «Wendy» y «Silvia», dos perras que luego serán dadas en adopción. «Es una pasada, no te puedes imaginar la alegría que nos dan», relatan J. R. G., J. H. F. y A. A. G., internos que cumplen condena y que tienen en los animales a sus mejores amigos. «Son mejores que las personas», sentencia uno de los presos.


El programa de terapia se inició con la formación de algunos internos como monitores. Ahora ellos son los encargados de organizar las jornadas con los perros y con el resto de presos. Se lo han tomado a conciencia y ya saben adiestrar a los canes como auténticos profesionales. «Saben arrastrarse, sentarse, hacer el mendigo, la reverencia y completar el circuito de "agility" con un recorrido en zigzag, con ruedas para pasar por dentro y una mesa a la que se suben cuando acaban el ejercicio -explican los voluntarios- El premio, un bocado de comida y «muchos mimos, los tenemos malcriados», asegura uno de los interno


Las actividades tienen lugar diariamente, distribuidos en grupos por la mañana y por la tarde, y los propios reclusos se encargan del cuidado de los animales. «Lo primero es limpiar las casetas, luego hacemos paseos y, después, ejercicios y darles la comida», indican. Los animales les muestran un amor infinito, y ellos «se mueren de pena cuando se va algún perro en adopción», indican Graciela C. y Laura A., trabajadora social y psicóloga del centro, respectivamente.


«Es que les cogemos mucho cariño, los educamos y los cuidamos muy bien, nunca les gritamos, siempre les hablamos con mucha suavidad y ellos lo notan. Además, vamos de excursión fuera de la cárcel y los llevamos. Dentro de unos días vamos a Covadonga», explican. «Pinón», para agradecérselo, le da la pata en señal de amistad.



El vínculo afectivo que se forma entre presos y animales tiene muchos beneficios para los internos. «Cuando llegué estaba muy deprimido, no quería hablar con nadie, y gracias a los perros soy otra persona», relata uno de ellos. El funcionario enumera casos llamativos, como el del preso que se negó a comer y sólo se animó a seguir adelante en la caseta, con los perros. O el que no quería ni ver a los animales y después de una visita a su celda con los canes se apuntó inmediatamente a la terapia. O incluso los presos más fríos, los que están en aislamiento, que «han acabado por los suelos, con los animales encima lamiéndoles la cara», asegura el funcionario Juan P.


«Nos hacen reír mucho y el tiempo se pasa más rápido», sentencian los internos, que están deseando que les financien una carpa para poder hacer ejercicios al aire libre cuando llueve. «Cuando está malo, sólo podemos darles mimos», indican. Un plan que tampoco está nada mal, porque «ellos se lo merecen por hacernos felices».


Fuente: http://www.lne.es/gijon/2011/03/27/perros-les-libres/1051789.html

viernes, 25 de marzo de 2011

LA MIRADA DE LA INOCENCIA

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TAN SÓLO ESPERO QUE NOS HAGA REFLEXIONAR
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Desde hace algunos meses vive con nosotros un hermoso perro de poco más de un año de edad. Abandonado en el campo y convertido en un esqueleto, fue recogido por una amiga que me lo entregó. . Con los cuidados normales y el debido cariño está ya completamente repuesto y sus músculos laten suavemente debajo de su brillante manto negro. Cuando lo llevo a un descampado, da una vuelta corriendo y luego -quizás recordando los tiempos de mendicidad- se detiene y me observa con la inocencia que sólo los animales son capaces de expresar. En su mirada se lee inequívocamente la pregunta: "¿Qué se supone que tenga que hacer aquí?" Probablemente la expresión de sus ojos plantea la misma duda que le sobrevino cuando fue abandonado. Seguramente entiende en mi gesto la sencilla respuesta: "Jugar".

Esta tarde fui a una becerrada en el cultísimo pueblo de El Escorial.


El primer becerro, de poco más de un año de edad, dio una vuelta corriendo por la plaza y luego -quizás recordando a su mayoral, en el que confió a lo largo de su breve existencia- se detuvo y observó al torero, con la inocencia que solo los animales son capaces de expresar, y en su mirada se leyó inequívocamente la pregunta: "¿Qué se supone que tenga que hacer aquí?" Seguramente no entendió la sencilla respuesta: Morir" .


No pude evitar ver la similitud del latir de sus músculos adolescentes debajo de su brillante manto negro, con los músculos y el brillante manto negro del perro que había paseado conmigo unas horas antes. . Después de unos interminables veinte minutos, lo que había sido un becerro lleno de vida y ganas de vivir, se había convertido en un amasijo ensangrentado aun latente. No me esperaba una tercera mirada esa tarde, pero, mientras la plaza ovacionaba al valiente matador, alguien le acercó una hermosa niña de unos seis años, bellísima, ataviada con su traje tradicional y su hermosa y brillante cabellera rubia. El matador sonriente y eufórico se arrodilló junto a la cabeza del becerro, cuyos músculos impotentes aun latían suavemente debajo de su brillante manto negro. Le cortó las orejas como si estuviera recogiendo flores y se las entregó a la sonriente niña, instándola a que se las mostrara al público con orgullo.


La niña, con la inocencia que solo los niños y los animales son capaces de expresar, sostuvo las pequeñas orejas en sus manos y las miró, luego miró al torero, luego al público, y en su mirada se leyó inequívocamente la pregunta: "¿Qué se supone que tenga que hacer aquí?" Seguramente no consiguió respuesta alguna. Obedeció y levantó las manos ofreciendo al público las orejas, sonriendo sin entender en absoluto lo que estaba ocurriendo… Siguió la tortura y el sacrificio de un segundo becerro que mugió desgarradoramente por el dolor de las heridas, por la desesperación y la impotencia. Y de un tercero. .


Una vez que el tercer becerro también había sido ejecutado, la niña volvió a ser llevada cerca del cadáver. No hubo manera de que volviera a recibir la orejas que le ofrecían. Su expresión ya no era de inocencia, sino de terror y angustia, y miraba fijamente sin ver los músculos que aún latían bajo el brillante manto negro del becerro. La misma mirada, la misma pregunta, la misma angustia al no recibir respuesta, en cachorros de diferente especie.


Autor del texto: Alessandro Zara .


LOS ANIMALES; EL SILENCIO DE LOS INOCENTES.

martes, 1 de marzo de 2011

La amistad por encima de las especies

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SALATI Y TOMMY, AMISTAD ENTRE UN LEOPARDO HUÉRFANO Y UN PERRO.
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Salati y Tommy, mantienen una amistad ajena a la división de las especies. Esta insospechada historia se conoció a pocos días del inicio del Mundial de Fútbol, cuand todas las miradas estaban puestas en Sudáfrica, incluso para hacernos conocer las entrañables relaciones de amistad entre los animales del lugar.
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Es el caso del leopardo hembra Salati y el perro golden retriever Tommy, quienes, desde que se conocieron, se volvieron inseparables. El encuentro sucedió cuando Salati, huérfana de diez meses, fue enviada por un veterinario local a Glen Afric Country, un centro de ayuda para animales en las afueras de Pretoria.
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Allí fue recibida por Tommy y su tutor Richard Brooker, el propietario del lugar: un joven de 23 años y alma generosa que cuida a más de 200 animales heridos y sin hogar de 32 diferentes especies. En el espacio de 750 hectáreas conviven elefantes, leones y jirafas.
.Cuando llegó, Salati estaba delgada e indefensa, pero se recuperó rápidamente gracias a los cuidados de Richard y a la amistad incondicional de Tommy, de quien no se separa ni un solo instante.
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Fuente:
http://www.pluspets.net/leopard-golden-retriver-friends/